lunes, 31 de diciembre de 2012

¡Feliz 2013!




Ahora que 2012 llega a su fin, toca hacer balance del año y esperar que el 2013, que está a punto de empezar, sea generoso con nosotros. Yo, la verdad, no me puedo quejar. En estos doce meses he conocido personas maravillosas, he vivido momentos inolvidables, he recibido buenas noticias y todo esto supera a las malas situaciones por las que haya podido atravesar.
Creo que, en las circunstancias en las que estamos, lo único que se puede pedir a 2013 es salud y trabajo, sobre todo mucho trabajo, pues la cosa está bastante chunga en este sentido. Bueno, personalmente también le pido por los sobrinillos que voy a tener dentro de unos meses, para que nazcan sanos y fuertes y no den mucho la lata a sus padres, aunque esto último ya va a estar más difícil creo yo, sobre todo teniendo en cuenta que vienen dos de golpe, jajaja. La familia va a aumentar y eso, sin duda, es un motivo de alegría y satisfacción para todos, que me apetece compartir con vosotros.
Os deseo lo mejor para el 2013 y como siempre, para mis compañeros de la blogosfera, que pase lo que pase no dejéis de escribir. Y para quienes quiero y aprecio, que sigamos compartiendo muchos y muy buenos momentos juntos ¡Nos leemos! Muchísimos besos para todos.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Primer aniversario de mi blog



¡¡Hola a todos!! En primer lugar, quería desearos Feliz Navidad. Ya sé que se ha pasado Noche Buena y también el día de Navidad, pero como dicen que más vale tarde que nunca y las fiestas aún continúan, pues ya os dais por felicitados. Entre unas cosas y otras no he tenido tiempo de menterme en el blog, y por tanto, tampoco de leer a los compañeros jueveros, motivo por el cual les pido mil disculpas. Por otro lado, me gustaría compartir con vosotros mi alegría por el primer aniversario de mi blog, que cumple ya un añito. Cuando me lo hice ni siquiera sabía muy bien cómo iba esto, pero poco a poco le he ido cogiendo el tranquillo y la verdad es que no está nada mal. Además, he tenido la oportunidad de conocer a gente maravillosa y de leer sus textos y me siento muy afortunada por ello, de ahí que quiera felicitaros con una postal hecha por Neogeminis, compañera juevera, con motivo de estas fiestas. Y es que, mi familia bloguera se puede decir que está formada en su gran mayoría por persona que, a su vez, son jueveras. Así, ya de paso, os presento a este maravillos grupo a quienes no lo conozcáis. Un beso para todos los que me leeis o me habéis leído alguna vez, jueveros o no, y gracias por vuestras visitas a mi blog ya que, sin vosotros, no sería posible. =)

jueves, 20 de diciembre de 2012

Este jueves, un relato: El título de mi blog "Con una sonrisa"



Cuando decidí crear un blog, lo primero que tuve claro fue su título. Quería un nombre alegre, que derrochara optimismo y que a la vez pudiera llamar la atención de posibles lectores. Además, me apetecía que fueran palabras acorde con mi personalidad, y como quienes me conocen dicen que nunca pierdo la sonrisa y que me suelo reír bastante, me parecía un epígrafe acertado.
            Mucho se ha escrito a lo largo de la historia sobre la sonrisa, una palabra que me gusta mucho por todo lo que connota: alegría, felicidad, bienestar, complicidad y otras muchas cosas dependiendo del contexto. Ver a una persona sonreír anima, genera ternura o, porque no, es señal de guasa y cachondeo. El caso es que siempre se asocia a un estado anímico bueno, a sensaciones positivas, y eso es precisamente lo que a mi me gusta trasmitir.
            En la actualidad atravesamos tiempos difíciles. Hay muchas personas que han perdido su empleo, otras que aún no han encontrado ninguno, también están quienes lo conservan pero llevan meses sin cobrar, algunos se han quedado sin casa o no tienen suficientes recursos para subsistir y requieren de ayuda externa. Son muchas y muy diversas situaciones, pero creo que debemos mirar más allá, confiar en que las cosas mejorarán, fijarnos en lo bueno que tenemos, en la gente que nos rodea y nos quiere, en la familia, los amigos, los compañeros de uno y otro lado, la naturaleza… No sé, hay tantas cosas bellas, que seguro que a todos se os ocurre alguna.
            Yo ahora mismo estoy pensando en la sonrisa de un niño, una imagen que nos trasmite ternura y que lleva implícita la inocencia y la bondad que caracterizan a los más pequeños. Os invito a que penséis en aquello que os hace felices y alegra vuestro día a día, en esas cosas que os llevan a sonreír. Si queréis podéis comentarme alguna por aquí. ¡Ah! Y para terminar, por supuesto, deciros que nunca dejéis de sonreír, pues siempre hay algún motivo para ello.
Más curiosidades sobre los títulos de otros blogs en el del amigo Gustavo.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Este jueves, un relato a cuatro manos: SE VENDE


Este jueves, San, del blog "Y nacimos casualmente", nos propone escribir un relato a cuatro manos, o lo que es lo mismo, con la estrecha colaboración de otro compañero juevero. Después de realizar el sorteo, a mi me tocó de pareja con *L*, del blog "Le Petit Mort". Ya os aviso que igual os soprende la historia, ya que no es de las que yo acostumbro a escribir, pero, igualmente, espero que os guste el resultado final de este trabajo conjunto. Bueno, pues allá va el texto...

La joven pareja se detuvo a la entrada de la casa sin dejar de mirar la puerta como con miedo a pasar a su interior. Llevaban tanto tiempo con ganas de comprar, que aún no creían que fuera suya y menos que hubieran podido pagarla del tirón y sin necesidad de pedir nada al banco, gracias a una suculenta e inesperada herencia recibida por parte de ella. Los hechos se habían sucedido tan rápidamente, que el cartel de “Se vende” todavía colgaba en una de las ventanas.
Samuel abrazó a Arantxa con fuerza, apretándola contra su pecho, tal y como a ella le gustaba, le acarició el pelo y le susurró algo al oído que la ruborizó, haciendo que sus mejillas adquirieran un ligero tono rojizo. Una vez dentro del que ya consideraban su hogar, los dos subieron las enormes escaleras de caracol cogidos de la mano y se dirigieron directamente hacia el dormitorio principal. “Espera un momento”, dijo él acercándose a la ventana para quitar el cartel. “Ya está, cariño”. Lo arrojó al otro lado de la habitación y volvió a apretar a su chica dispuesto a no dejarla escapar.
En dirección a la cama, Arantxa se fijó en la pared de  detrás del cabecero. “¿Y eso?”.  Él, restándole importancia, la animó a poner en práctica una de sus fantasías sexuales.  “¡Ah, nada! Antes de cerrar la compra con el chico de la inmobiliaria vine a ver la casa de nuevo y, como vi una grieta, pedí que la arreglaran. Átame con tus panties. Quiero que me montes como una cowgirl”. A ella se le iluminaron los ojos por un momento. Al rato, sin embargo, su rostro se tornó preocupado. “¿No será peligroso para mi salud, mi amor? Ya sabes lo de mis arritmias...”. Samuel hizo un gesto de despreocupación. "No, mujer. Anda, sube, que te llevo".
Las risas del momento dieron paso a los besos, los besos a las caricias, las caricias a los trotes, y éstos a los galopes. Las bolas doradas que decoraban el cabecero de forja de la cama golpeaban la pared una y otra vez a un ritmo salvaje. En uno de esos desaforados movimientos el húmedo tabique comenzó a resquebrajarse dejando al descubierto lo que parecía una mano amoratada. Arantxa, que era la que era quien -por su posición- podía verlo, comenzó a gritar y a hiperventilar hasta que, finalmente, entró en parada respiratoria. Samuel se liberó como pudo de su amazona y salió corriendo hacia la cómoda en donde había dejado su chaqueta con el teléfono. "Inmobiliaria Paredes, ¿en qué puedo ayudarle?". "Paco, cariño, muy buena idea la de poner ahí el cadáver de tu tío. Mientras va muriendo, cogeré la escalera y colgaré el tapiz de los ganchos del techo, recogeré los restos de yeso del suelo y limpiaré el polvillo del cabecero. Cuando esté seguro, llamaré a emergencias para que traigan una ambulancia y explicaré lo de su marcapasos. Pronto podremos colgar de nuevo el cartel en la ventana. Pero, la próxima vez, lo haces tú, ¡que no veas qué rollo tener que aguantar a esta petarda tanto tiempo!".


Más historias escritas bajo la inspiración del cartel de SE VENDE en el blog de San.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Los lunes, una propuesta: Imaginar


Natalia nos porpone para comenzar esta semana con alegría y optimismo IMAGINAR. Yo he querido sumarme a su convocatoria con esta fotografía que me encanta y que me hace imaginar cómo sería el mundo si los humanos nos comportaramos como estos animales de la imagen, tratando por igual al diferente, al distinto, al que poco tiene que ver con nosotros pero que, sin embargo, puede necesitar nuestra ayuda en un momento dado y entonces, ahh, ¿estamos dispuestos a dársela? Aquí dejo la foto y la reflexión. ¡Feliz semana a todos!

jueves, 29 de noviembre de 2012

Este jueves, un relato: "A la luz de una vela"



La película se encontraba en el momento más interesante, justo cuando el asesino se acerca a la protagonista portando un cuchillo en la mano. La noche acompañaba a la escena. El viento soplaba con fuerza y la lluvia golpeaba los cristales generando un ruido que le resultaba desagradable, lo que la llevó a subir el volumen del televisor. Tumbada en el sofá, rodeada por una enorme manta de lana y con un cuenco de palomitas en las manos, disfrutaba de su particular sesión cinematográfica.
            De repente, oyó una especie de chispazo y se fue la luz. Al principio pensó que volvería en seguida y apenas le dio importancia, en unos minutos seguiría viendo la peli como si nada hubiera pasado. Sin embargo, la oscuridad y el incesante ruido de la tormenta empezaron a ponerla nerviosa.
            Recordó aquellas noches en la casa del pueblo, cuando cada vez que el viento soplaba un poco más fuerte de lo normal se quedaban sin suministro eléctrico durante horas. Entonces, encendían una vela que ponían en medio de la mesa para alumbrarse y se entretenían contando chistes e historias de miedo.
Sintió añoranza, melancolía mezclada con angustia e incertidumbre que crecían conforme avanzaban las agujas del reloj. La situación era incómoda, llevaba pocas semanas en el piso, no tenía velas y por supuesto ni hablar de una linterna o algo parecido. Por eso, decidió quedarse donde estaba e intentar dormir, aunque dudaba que pudiera hacerlo. No dejaba de revolverse de un lado para otro y cada vez que lo hacía notaba como se escurría la manta. Definitivamente estaba desesperada, o volvía la luz o acabaría perdiendo la paciencia por completo.
            Lo que si perdió fue la noción del tiempo. El volumen del televisor y la luz de la lámpara la despertaron. Un momento. ¿Se había quedado dormida? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que oyó el chispazo? Miró el reloj, no entendía nada pero aún tenía la oportunidad de ver el final de la película.
Más historias a la luz de una vela en el blog de Encari

martes, 27 de noviembre de 2012

Le faltaba un ladrillo



Se detuvo y miró a su alrededor. ¡Las cosas habían cambiado tanto en los últimos años! El paisaje de la ciudad continuaba repleto de grandes edificios y los coches no dejaban de transitar por las carreteras formando grandes atascos en las consideradas horas punta. A pesar de ello, había una cosa que echaba en falta, algo con lo que se entretenía en aquellas interminables mañanas de jubilado y que, de un tiempo a esta parte, había terminado por desaparecer. No, no era el café con los amigos en el bar, ni la lectura sosegada del periódico, ni siquiera el ruido de los niños de la pareja que hasta hace poco habían sido sus vecinos. Llevaba meses pateándose distintos barrios en busca de su objetivo, pero nada, ni rastro, lo más parecido que encontró fueron algunos edificios a medio hacer, en las afueras, que no tenían pinta de ser terminados a corto plazo. Lo que añoraba, y nunca pensó que llegara a hacerlo, era contemplar obras, mientras más grandes y faraónicas, mejor. ¡Pues vaya con la crisis del ladrillo! Pensó. Y ahora ¿en qué me entretengo yo?

jueves, 22 de noviembre de 2012

Este jueves, un relato: "Arte en paralelo"



Hoy, Gastón nos propone que hablemos de nuestro arte paralelo, o lo que es lo mismo, de aquella afición o virtud que tenemos y nos gusta desarrollar además de escribir. Pensándolo bien, creo que el mío debe andar bastante oculto ya que, de momento, no lo he encontrado.
            Me encantan los deportes, aunque tengo que conformarme con ser mera espectadora, ya que nunca han sido lo mío. Eso si, disfruto mucho viendo las competiciones, especialmente la liga española de fútbol y los partidos de mi querido Atlético de Madrid, aunque para hablar de esto necesitaría otra entrada de blog.
            Cuando era pequeña, mis padres intentaron que aprendiera a tocar el piano, pero yo no estaba muy por la labor. Más tarde, sin embargo, decidí apuntarme a clases de guitarra. El problema es que la paciencia no es precisamente mi mayor virtud y yo quería ver los resultados al instante, por lo que terminé cansándome también de ese instrumento. Dejando la música a un lado, del baile mejor ni hablar, pues como se dice normalmente, parezco un pato mareao. Ahora bien, tengo que decir que, a pesar de todo, yo siempre me apuntaba a las clases extraescolares que surgían, desde las de baile, hasta las de mecanografía, pasando por el coro y el teatro. Este último no se me daba mal del todo, las cosas como son, y me lo pasaba pipa tanto en los ensayos como en las actuaciones.
            Digamos que yo en principio me apunto a un bombardeo, el caso es que éste se adapte a mí. Y luego está, como he dicho antes, el factor paciencia, una virtud de la que si que me gustaría disponer, puesto que me permitiría aprender más cosas. Y es que, sentarme durante un largo rato a hacer alguna tarea que requiera una gran concentración (se me ocurre la costura o un puzle complicado) me cuesta bastante trabajo. Eso si, para escribir no me sucede lo mismo, y no me importa dedicar el tiempo necesario hasta tener el texto preparado.
            Otra afición que me gusta y me resulta amena y entretenida es la fotografía. De hecho, mi cámara es uno de los regalos recibidos que más uso y siempre me acompaña a cualquier viaje, reunión familiar, fiesta o sarao.
            ¡Ah! ¡Que casi se me olvida! Un “arte paralelo” que tengo, si es que se le puede llamar así, es el don para meter el mayor número de objetos posible en un lugar, me explico, comida en un carrito de la compra, ropa en una maleta o libros en una caja, por citar algunos ejemplos. Un don del que puede dar fe mi madre, ya que se beneficia de él cuando la acompaño al supermercado. Y es que, todos tenemos alguna “virtud” o “talento” oculto. ;-)

Conoce otros artes paralelos en casa de Gastón

jueves, 8 de noviembre de 2012

Este jueves, un relato: "Volvemos en 6 minutos..."




La tele ya no es lo que era. Antes, cuando solo había un canal, no quedaba más remedio que amoldarse a la programación que éste ofrecía. Ahora, en cambio, la oferta en teoría es mucho más amplia, y digo en teoría porque, a pesar de existir decenas de canales, hay veces en las que n o encuentras nada interesante que ver en ninguno de ellos.
            Con el paso de los años, la parrilla televisiva ha pasado de primar los contenidos informativos a dar más valor a los de entretenimiento y diversión, cuando, en realidad, lo ideal sería un compendio de ambas tendencias. Y es que, ya lo decían mis profesores de la facultad, las funciones de la televisión son tres: informar, educar y entretener.
            Los informativos mantienen su lugar en las principales franjas horarias del día, aunque también han variado sus contenidos o al menos eso parece, ya que da la sensación de que redundan especialmente en las noticias negativas. Además, las cadenas aprovechan estos espacios para hacer autopromoción (a lo que yo llamaría más bien autobombo) vamos, publicidad pura y dura. También se hace mucho hincapié en los deportes (léase fútbol) y en la información meteorológica). Y no quiero mencionar ninguna cadena en concreto, pero hay más de una y más de dos en las que la objetividad (principal característica que debe buscar el periodismo) brilla por su ausencia.
            Pero no todo es negativo en lo que a espacios y programas informativos se refiere, y últimamente destacan y proliferan aquellos basados en reportajes de actualidad en los que el reportero juega un papel fundamental. A modo de ejemplo citaré unos cuantos como 75 minutos, Callejeros, Comando Actualidad y 21 días.
            Los documentales de La 2 siguen estando ahí, a pesar de que todo el mundo dice que los ve y después nunca aparecen entre los programas más vistos del día, algo que resulta, cuanto menos, sospechoso.
También se mantienen las telenovelas y los concursos, estos últimos cada vez más demandados por la actual crisis económica. Y si no que se lo digan a los de Atrapa un millón, que no dejan de recibir solicitudes de personas con ganas de probar suerte como concursantes. Un clásico de este campo es Saber y Ganar, al que se unen otros como La Ruleta de la Suerte, Ahora caigo y Pasapalabra. Eso si, algunos ya se basan más en el factor suerte que en los conocimientos culturales, como el surgido recientemente y que lleva por nombre Lo sabe no lo sabe. Aunque para concursos, yo me quedo con los de antes, entre ellos el mítico Un, dos, tres, El precio justo y El juego de la oca, que lograban reunir a familias enteras frente al televisor pendientes del premio que se llevarían finalmente los concursantes.
En la década de los 90, Gran Hermano abrió la puerta de los reality show. La primera edición fue todo un boom televisivo en lo que a espectadores se refiere y, de hecho, el programa ha superado ya la docena de ediciones. Junto a él hay que destacar Operación Triunfo. ¿Quién no se acuerda de Rosa de España, Bisbal, Chenoa y Bustamante? Después se han ido sucediendo muchos programas de este tipo, entre ellos Supervivientes, El Bus, Fama a bailar y el Curso del 63. No cabe duda de que este formato tiene algo que engancha al telespectador y de ahí su uso repetitivo y reiterado en multitud de ocasiones.
Lo que nunca falla es el cine, especialmente los sábados y domingos por la tarde, y las series, tanto nacionales como extranjeras, sin olvidar las retrasmisiones deportivas, sobre todo los grandes partidos de fútbol, que son los que más audiencia generan. ¿Quién no vio, por ejemplo, la final del Mundial? Por no hablar de los clásicos entre Real Madrid y Barcelona que suscitan el interés de una amplia parte de la población.
Los tiempos cambian, y con ellos también lo hace la televisión tratando de adaptarse a la demanda de la población. De lo que se trata es de ir eliminando poco a poco de la parrilla la denominada “telebasura, esos programas vacios de contenido cultural que se basan en la vida privada de la gente cuestionando sus decisiones personales y violando, en muchas ocasiones, los derechos al honor y la intimidad, ya que hay ciertos límites que no se deben rebasar nunca y no todo vale para entretener al espectador.
Más historias y relatos sobre la televisión en seis minutos en casa de ... Juliano el Apostata

jueves, 25 de octubre de 2012

Este jueves, un relato: "Colores"


Me encantan los colores, mientras más alegres y llamativos, mejor. No podría concebir un mundo en blanco y negro o en tonos grisáceos. Siempre he relacionado el color con la alegría. Por eso ¿por qué no pintamos nuestra vida con el mayor número de tonos posible? Un arcoíris de buenas sensaciones que nos anime e ilusione.
Mi favorito es el rojo. Yo diría que siento por él lo que normalmente se le atribuye, pasión. Cuando tengo que elegir un color para algo, salvo excepciones, lo tengo claro: el rojo. Es llamativo, me trasmite alegría y creo que concuerda con mi personalidad.
Mientras algunas personas optan por colores más discretos a la hora de vestir, en mi armario predomina, entre otros, y como no podía ser de otra manera, el rojo. Camisetas, pantalones, sudaderas, jerséis y hasta un abrigo son algunas de las prendas que lo lucen. Pocas cosas encontraréis en él, sin embargo, en tonos marrones, grises, azul oscuro o granate. Negro si, pero porque pega con todo y lo puedes alegrar añadiendo complementos. Ahí está el truco. Y si no, un jersey negro con una falda roja, por ejemplo, y ya está.
Mi coche, del que ya hablé en otra ocasión, también es “colorao” y, además, estás adornado con cosillas del mismo tono. Y mi blog, ya podéis comprobar que fondo tiene… En fin, que si alguna vez tenéis que regalarme algo, ya sabéis de que color comprarlo, luego no digáis que no os lo pongo fácil ¿eh?
¿Qué si hay alguno que no me gusta? La verdad que al rosa le he cogido un poco de manía, me parece cursi, y ya como lo lleve un hombre, ¡ni te cuento! De todas formas, para gustos colores.
Más relatos e historias sobre los colores en The Daily Planet

viernes, 19 de octubre de 2012

Leche de cabra



El reportaje de esa semana no le convencía. A lo largo de su carrera había escrito sobre multitud de temas, pero el del próximo número de la revista Naturaleza en estado puro le resultaba un tanto absurdo. “Propiedades de la leche de cabra”. Para documentarse, pasó la tarde anterior en el campo junto a un ganadero que le explicó el proceso de obtención de la leche y los cuidados que se dispensan a los animales con el fin de obtener de ellos el mejor producto.
            Ahora tocaba ponerse a redactar. Se sentó frente al ordenador tratando de recordar las ideas principales que debía plasmar en el texto. Las palabras se resistían a salir de su mente de una manera fluida. Pulsaba las teclas del portátil sin convicción, sintiendo que las frases que aparecían en la pantalla no estaban a la altura de lo que el redactor jefe consideraría un buen reportaje periodístico.
Paró de escribir. De su jornada entre cabras había sacado varias cosas en claro, entre ellas un par de botellas de leche. Fue a la cocina en busca de una dispuesto a beber un trago que le devolviera la inspiración perdida. Al abrir la nevera, el recipiente calló y se partió en dos, derramándose su contenido por toda la habitación. Cuando se dispuso a coger la fregona, resbaló con la mala suerte de golpearse la cabeza con la mesa antes de llegar al suelo. Nunca le había gustado la sangre, y el hecho de ver cómo se mezclaba con el blanco de la leche hizo que se desmayara y perdiera la conciencia.
No recuerda nada más, ni siquiera el tiempo trascurrido desde ese instante hasta que se despertó en el hospital con la cabeza vendada y su madre diciéndole: “menos mal que no te bebiste la leche, hijo mío, habría sido mucho peor”. Como aún estaba un poco aturdido, no le dio importancia a aquellas palabras, más tarde supo que esa misma noche se había descubierto un caso de envenenamiento en la finca que acababa de visitar y el consumo de productos de los animales de la zona conllevaba graves riesgos para la salud.
“Eso si que hubiera sido una gran exclusiva”, se lamentó, aunque sintió alivio al ser consciente de que el reportaje, que ya no vería la luz, podía haber tenido peores consecuencias.

jueves, 11 de octubre de 2012

Este jueves, un relato: El teléfono


A veces me pregunto cómo nos las apañábamos sin teléfono móvil, no hace tantos años, cuando hoy en día se ha convertido en algo prácticamente imprescindible. Recuerdo los primeros modelos que salieron. Parecían ladrillos. Quienes los tenían los mostraban con orgullo, mientras otros se resistían a comprarse uno al asegurar que, teniendo fijo en casa, ese invento no les hacía falta para nada. Pero los tiempos cambian, la tecnología avanza y los ciudadanos terminan por adaptarse a ella y modernizarse a regañadientes o no.
            Al principio, los móviles mantenían las utilidades del teléfono convencional, incorporando como principal novedad los mensajes de texto y los juegos. ¿Quién no recuerda en de la serpiente? Poco a poco, se incorporaron otras prestaciones: pantalla en color, cámara de fotos, radio y, finalmente, pantalla táctil e internet. Así es cómo llegaron los actuales smartphones, que realmente llegan a crear adicción.
            Es increíble como un aparato de tan pequeñas dimensiones puede ofrecer tanto. Ahora un teléfono móvil no solo sirve para realizar y recibir llamadas y mensajes, sino que, además, ofrece una amplia gama de posibilidades gracias a las aplicaciones que se pueden descargar de internet. Conocer las últimas noticias, saber que tiempo hará mañana, acceder a las redes sociales, chatear a través de mensajería instantánea (sobre todo whatsapp), orientarse por GPS… Son solo algunos ejemplos, ya que existen muchísimos más, casi tantos como podamos imaginar.
            El hecho de tener en un mismo objeto juegos, música, acceso a internet y cámara de fotos, hace que muchos jóvenes se sientan enganchados a él y apenas lo suelten para comer y dormir (aunque mientras lo tengan junto al plato o en la mesita de noche). A algunos, incluso les acompaña hasta el baño, por lo que en más de una ocasión ha habido gente a quien se le ha caído al wáter con la consiguiente pérdida que esto conlleva.
            Yo llevo casi un año con mi BlackBerry y lo que más uso de ella es el navegador de internet, el whatsapp, las aplicaciones de las redes sociales tuenti y facebook y el correo electrónico, además de utilzarla para llamar y enviar mensajes, claro está. Hace poco, se bloqueó el botón principal del móvil, que no es táctil y funciona a través de un teclado y una pieza que sirve como ratón, al igual que sucede con los ordenadores. Solo iba a ratos y me desesperaba al comprobar que tenía varios whatsapp y algún mensaje de texto o correo electrónico que, sin embargo, no podía ver. Esa tecla es la base del teléfono y sin ella lo único que puedes hacer es recibir llamadas.
            El sábado, a la espera de quedar con mis amigos y dado que mi teléfono se había declarado en huelga, decidí sacarle y ponerle la batería en repetidas ocasiones, al igual que apagarlo y encenderlo otras tantas hasta que logré que funcionara justo a tiempo para llegar puntual a la cita. ¡Y pensar que antes quedábamos sin necesidad de usar los móviles! Si alguien tardaba, se esperaba un tiempo prudencial antes de marcharse sin esa persona, ahora, en cambio, enseguida se le llama o se le manda un whatsapp para saber por dónde anda y cuánto le falta para llegar. Estamos en la era de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y nos hemos anclado en la comodidad de estar conectados con solo pulsar un botón. Creo que es como para reflexionar.
            Por cierto, que mi BlackBerry funciona perfectamente desde el sábado y esperemos que siga así. J

Más historias telefónicas en el blog de María José Moreno.

martes, 2 de octubre de 2012

De copas



Las chicas del 4º C cumplen con su ritual de cada sábado por la noche. En el baño, Rocío se aplica la máscara de pestañas. Mientras, Lucía taconea por el pasillo, con un zapato de cada manera, preguntando cuáles pegan más con el vestido que lleva “¿me pongo los negros o los marrones?” grita sin cesar, pero no recibe respuesta alguna. María, tan puntual como siempre, las espera sentada en el sofá sin dejar de mirarse el reloj. Pasados unos minutos, salen a la calle con la esperanza de disfrutar de una buena noche. Han quedado en Alonso Martínez con Rosa y Ana para ir a tomar unas copas en el pub al que son asiduas desde que llegaron a Madrid.
Nada más entrar, se acercan a la barra y piden cinco chupitos al camarero. Enseguida empiezan a animarse e intercambian miradas con los jóvenes de al lado. A Lucía hay uno que le llama especialmente la atención. Cuchichean y se ríen hasta que el chico se acerca por detrás y le da un golpecito en el hombro. “Perdona, te estaba mirando y el caso es que tu cara me suena bastante”. Ella piensa que es la típica excusa para entablar conversación y no duda en aprovechar la oportunidad para tratar de ligar con él. A estas alturas de la noche, presiente que la cosa se puede dar bien. Hablan y hablan sin percatarse de que se han quedado solos. Al parecer, Jorge, que así se llama el joven, coincidió con el hermano mayor de Lucía en la Universidad.
De repente, la coge de la mano y la invita a salir fuera con la excusa de que no la oye bien debido al ruido de la música. Los nervios se apoderan de ella, le tiemblan las pierdas y nota como empiezan a sudarle las manos. “Tengo que hacerte una pregunta”. La frase la deja paralizada, está deseando saber qué le quiere decir. "¿Puedes darme el número de teléfono de tu hermano? Tengo que confesarte que estoy enamorado de él desde el momento en que lo conocí y necesito decírselo”. Aquellas palabras la devuelven de un golpe a la realidad. No puede creer lo que le está sucediendo. Se ha quedado fuera de juego y a penas reacciona. “Entonces, me das su móvil o no?”. “Esto es el colmo, vaya, no estoy dispuesta a pasar por semejante humillación”, piensa y sale corriendo a tanta velocidad como le permiten sus pies cansados y doloridos por los enormes tacones.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Este jueves, un relato: "Una mirada retrospectiva"



“No puedo vivir del recuerdo”, se repite constantemente. Una vez más, su marido la ha sorprendido con los ojos vidriosos y ese portarretratos entre las manos. Lo mira con tanto cariño, que la imagen resulta sobrecogedora. La foto tiene más de cuarenta años, pero le sigue trasmitiendo sentimientos encontrados. Por un lado, gratos recuerdos de aquellos tiempos de infancia y adolescencia. Por otro, añoranza e impotencia al no poder regresar al lugar en el que fue realizada, su pueblo natal. De allí se marchó nada más casarse, al decidir su marido que lo mejor para ambos era emigrar al extranjero en busca de un futuro prometedor. Hicieron las maletas y viajaron hasta Francia. Él consiguió un buen trabajo y ella optó por ejercer de ama de casa. Los hijos no tardaron en llegar. Dos varones y una niña.
            Aparentemente son la pareja perfecta y una familia feliz, pero ella siente un enorme vacío que nada ni nadie logra llenar. Tan solo de pensar en su tierra, su gente y sus raíces, las lágrimas comienzan a brotar de sus enormes ojos negros. “¡Si al menos viviéramos en España!”, piensa. Son muchos los kilómetros que le distancian de su patria y no ve el momento de volver. Ha intentado hablar del tema con su esposo en numerosas ocasiones, aunque siempre recibe la misma contestación: “¡no seas egoísta, mujer, aquí vivimos bien, tengo un buen trabajo y a nuestros hijos no les falta de nada. Tu lugar es éste!”.
Con el tiempo, se ha resignado a admitir que del pueblo solo le quedan sus vivencias y algunas fotografías como aquella. Ahora bien, hay una cosa que tiene bien clara, por fortuna, nadie le puede arrebatar sus recuerdos.
Suelta el portarretratos y saluda a su marido. “Hola, cariño, la comida ya está lista, ¿quieres tomarte una cerveza mientras preparo la mesa?”.
Más miradas al pasado en el blog de Pepe

lunes, 24 de septiembre de 2012

Recuerdos de un buen verano

Ahora que el verano ha llegado a su fin y que parece que el otoño ya se acerca (de hecho hasta dicen que esta semana por fin va a llover) me gustaría hacer balance de lo que para mi ha sido una buena época estival. Viajes, encuentros, fiestas, playa... Y para resumirlo, ¿que mejor que unas fotografías que lo demuestran? Aquí os las dejo, espero que os gusten. Muchos besos para todos y en especial para aquellos con quienes he compartido gratos momentos a lo largo del verano.


Comenzamos por la boda de Carlos y  Manoli, que tuvo lugar el sábado 7 de julio.



Después estuve de crucero por el mar Báltico durante una semana en la que tuvimos la oportunidad de conocer lugares preciosos y disfrutar de un agradable fresquito mientras por aquí hacía bastante calor. Estas fotografías son de San Petesburgo y Berlín.




Antes de la boda de Marco y Ana, había que hacer su respectiva despedida de solteros ¿no creeis?






Luego llegó la boda (el 18 de agosto), y con ella varios días de fiesta y playa.














Antes y después hubo muchas noches en el parque y también varias salidas por Jimena y alrededores, para muestra, estas imágenes.



Después vino el viaje a Gijón para reencontrarme con los amigos de la facultad: Marisol, Sergio e Iñaki.


Y por último, y para no extenderme mucho más, la fiesta de Jimena.



Ahora solo nos queda esperar un buen otoño...
Besos para todos y gracias a quienes habéis compartido conmigo alguno de estos momentos. ¡Os quiero! 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Este jueves, un relato: "Teatro, máscaras y apariencias"


Gusanitos, pipas, chicles y gominolas rodean a Pepe en su quiosco. Lleva al frente del negocio más de veinte años. Las madres le conceden su confianza y los hijos lo adoran. Siempre tiene un gesto amable con ellos, los conoce por sus nombres y les atiende con una enorme sonrisa que nunca se borra de su cara.
            Le encanta su trabajo. Abre todas las tardes y los fines de semana también por las mañanas, por lo que resulta extraño que hoy domingo, a la una, todavía esté cerrado. Los pequeños, cansados de esperar, empiezan a marcharse con la esperanza de que a las cinco se produzca la ansiada apertura. No es así. La jornada trascurre con la ausencia de Pepe y la incertidumbre de los vecinos por saber qué ha pasado.
            A la mañana siguiente, la radio y la televisión se hacen eco de una noticia que no deja indiferente a nadie:

“Un hombre de 49 años, que atiende a las iniciales J.P.G., fue detenido ayer, en un chalet a las afueras de la ciudad, como presunto autor de un delito de secuestro de menores. La policía encontró a dos niños, desaparecidos el pasado mes de julio, en un falso sótano situado bajo en edificio. El varón, que regenta un establecimiento de venta de frutos secos y gominolas en un conocido barrio de la capital, ha pasado a disposición judicial y está previsto que preste declaración a lo largo de la mañana”.

Nadie puede creer lo que dicen los medios de comunicación. Pepe, esa bellísima persona que llevaba tanto tiempo haciendo felices a los más pequeños, ha atentado gravemente contra la libertad de dos de ellos.
La zona no tarda en llenarse de periodistas ávidos de recoger testimonios y el quiosco, que hasta entonces repartía ilusiones, está lleno de pintadas en contra de su dueño. Los niños tendrán que buscar un nuevo lugar en el que comprar chucherías.

Más historias sobre teatro, máscaras y apariencias en el blog de Neogéminis

jueves, 6 de septiembre de 2012

¡¡Cerrado por feria!!


¡Hola a todos! En primer lugar, quiero pediros disculpas porque últimamente tengo el blog un poco abandonado, pero es que llevo un verano que no paro. El lunes llegué de un viaje a Gijón con los amigos de la facultad y ahora empiezan las fiestas de mi pueblo, por lo que no he tenido tiempo para dedicarle a este mi pequeño espacio en internet. Tampoco he querido participar en el jueves de hoy porque no me parece justo escribir para después no comentar a los compañeros ni nada. 
Bueno, una vez hechas las disculpas, os quiero desear a los jimenatos y forasteros que nos visitan estos días que paséis unas felices fiestas en honor a la patrona, la Virgen de los Remedios. Espero que las  disfrutéis en compañía de familiares y amigos. 
Prometo volver a reanudar el blog en cuanto pasen estos días, a ver si me centro y vuelvo a la rutina de la vida diaria. ¡Porque menudo disloque de verano! Muchos besos a todos y lo dicho...
¡¡¡FELICES FIESTAS!!! 
¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS!!!


jueves, 23 de agosto de 2012

Este jueves, un relato (150 palabras) : "fotografía inspiradora"


Lleva media hora ahí sentada, mirando fijamente al ordenador, sin levantar la vista del teclado y sin llegar a tocarlo. De vez en cuando se retuerce un mechón de pelo. Observa la taza de café, la coge del asa y le da vueltas. Bebe a pequeños sorbos, tal y como se bebe la vida. Últimamente anda ensimismada, abstraída en sus pensamientos. No sé que le ocurre, pero está así desde que volvió del viaje de fin de curso a Italia. Allí compró esa taza de la que no se ha vuelto a separar. Un momento. Ahora que lo pienso, ella nunca ha tomado café. Es más, siempre ha dicho que no entiende como a la gente le puede gustar esa bebida. Definitivamente, algo está cambiando. Sea lo que sea, espero que se le pase pronto y que vuelva a ser la dulce niña de siempre.

Más relatos en torno a un ordenador y una taza de café en el blog de María José

lunes, 13 de agosto de 2012

Lo que el río esconde



Con un beso, la mujer se hizo de agua y pasó a fundirse con el río que la había visto nacer. Su familia contemplaba la escena entre la nostalgia del tiempo vivido con ella y la alegría de saber que siempre podrían encontrarla allí, disfrutando del entorno que tanto le gustaba.
Estaba escrito. Nacerá en plena naturaleza, tendrá una existencia feliz y morirá joven, aunque permanecerá eternamente en el río al igual que sus antepasados.
Ser miembro de la tribu implicaba aceptar una serie de dogmas y preceptos que no todos comprendían, pero que asumían como propios con orgullo. Saber que el final de sus días, y a la vez el comienzo de una nueva etapa, pasaba por formar parte del río, les llenaba de satisfacción. Era el momento más esperado de sus vidas y debían estar preparados para la ocasión.
Cuando llegaba la hora, el cielo se oscurecía y el elegido ocupaba un lugar privilegiado en la orilla a la espera del denominado “último beso”. En un solo instante, vida y muerte se entrelazaban. Mientras uno pasaba a formar parte del río, otro nacía de sus aguas con el fin de asegurar la perpetuidad de la tribu. Esto ocurría una vez al año, y todos esperaban su turno tratando de llevar, hasta entonces, una vida honrada, tal y como recomendaban los dioses de la naturaleza. Y así, hasta el día de hoy.

jueves, 2 de agosto de 2012

Este jueves, un relato: "El tiempo en los tiempos"


Madrid, 2 de agosto de 2012, 00:15 horas.
En el Hospital Gregorio Marañón Isabel hace el último esfuerzo antes de ver la cara de su pequeña Irene, a punto de nacer.”¡Empuja, que ya casi está!”, le repiten los médicos bajo la atenta mirada de su marido. Son padres primerizos y seguro que este momento nunca se borrará de sus retinas.
Mientras, en una habitación varias plantas más arriba, Rafa se debate entre la vida y la muerte. Acaba de sufrir un grave accidente de moto y los primeros minutos tras el golpe son vitales para su evolución.
En un conocido restaurante del centro de la ciudad, la familia Pérez González brinda festejando las Bodas de Plata de Luis y Ana Mari. Veinticinco años de matrimonio de los que han nacido tres hijos maravillosos, que les han preparado esta grata sorpresa para la ocasión.
Un par de calles más abajo, en un pequeño apartamento, una joven pareja de enamorados comienza un ritual de besos y caricias antes de entregarse a una larga noche de pasión.          
Por su parte, “El Largo” exprime las últimas gotas de un cartón de vino mientras piensa dónde dormirá esa noche. Un grupo de adolescentes cargados con bolsas para el botellón pasa por su lado y le “obsequia” con multitud de insultos acompañados por ruidosas carcajadas.
¿Te has parado a pensar cuántas situaciones diferentes se suceden en una ciudad durante un periodo de tiempo determinado? En el transcurso de cinco o diez minutos una persona puede festejar un importante acontecimiento, traer al mundo a un niño, estar  entre la vida y la muerte o disfrutar en compañía de su pareja o amigos. Amor, odio, insultos, caricias, tristeza, alegría, todo un contraste de sentimientos y emociones en torno a una hora concreta. Así es la vida. Acontecimientos que se suceden a lo largo de un tiempo que nunca se detiene aunque el reloj que llevas en la muñeca deje de funcionar.  

Más historias sobre el tiempo en los tiempos en el blog de Matices. ¡Apresúrate! Ya sabes que el tiempo es oro y no espera a nadie. ;)

viernes, 27 de julio de 2012

Recuerdos en torno al galán de noche



NOTA: Este es un trabajo para el grupo Café de Palabras. Teníamos que escribir a partir de un pié forzado que era "¡Ay que olor más rico!" Como no pude assitir a la última reunión, aquí os dejo el texto para que lo leáis. Por cierto, ¡vaya cabeza la mía! Esta foto está tomada en invierno, por lo que no se pueden apreciar las flores ni nada de eso, a ver si puedo hacer una más actual y cambiarla. ¡Disculpen las molestias! ;-)

¡Ay que olor más rico! Pasar por aquí y percibir este dulce aroma me da paz, sosiego y tranquilidad. Vienen a mi memoria gratos recuerdos de la infancia. Esas interminables noches de verano jugando en la calle, charlando con los vecinos y escuchando los cuentos de la abuela Luisa, que tenía tantos nietos como niños se juntaban a su alrededor.
            Vuelvo a inspirar con fuerza. Han pasado los años y el olor permanece. Una planta es la culpable de esta sensación de bienestar. De nombre Galán y de apellido Noche, perfuma un bello rincón lleno de macetas custodiado por una larga escalinata. Los peldaños culminan junto a un pequeño pilar cuyo ruido contribuye a la creación de un relajado ambiente.
            Me detengo y disfruto del entorno acompañada por el silencio de la noche y las encaladas paredes. Pasados unos minutos bajo para escuchar el ruido del agua y beber un poco. Por más veces que pase por este lugar, nunca me canso de observarlo. ¡Esto es vida! Pienso mientras sigo percibiendo el rico aroma del galán de noche.

viernes, 13 de julio de 2012

Cerrado por vacaciones



¡Hola a todos! Os comunico que este blog permanecerá apagado o fuera de cobertura durante un periodo aproximado de ocho o diez días. Mañana me voy de viaje y no vuelvo hasta el domingo 22 de julio, así que no estaré disponible para escribir y colgar textos en este mi pequeño espacio dentro de internet. Por cierto, ¡muchísimas gracias a todos “mis lectores”! ¡Mi blog ya ha registrado más de 5.000 visitas! Muchos besos y nos vemos y leemos a la vuelta.

Ahh, aprovecho par felicitar a mi hermana también por aquí, que hoy es su cumpleaños, así que... ¡Muchísimas felicidades! =)


jueves, 5 de julio de 2012

este jueves, un relato: "Tus fantasías secretas"


Todas las noches el mismo ritual. Entrar en la habitación sigilosamente, de madrugada, y pillar a su presa desprevenida. Quitar las capas que envuelven su atractivo cuerpo hasta llegar a estar piel con piel. Entonces, cuando el deseo se apodera de ella por completo, su lengua recorre cada centímetro de su cuerpo, que adquiere un ligero tono brillante.
No hay marcha atrás. Toca terminar lo que ha empezado unos minutos antes. Un tímido  mordisco por acá, otro por allá… Lo tiene claro, no puede dejar ni un solo rincón de ese pequeño cuerpo sin explorar.
Cuando concluye, totalmente satisfecha, vuelve a la cama mientras piensa en la chocolatina que se comerá la noche siguiente. ¡Asco de dieta!