viernes, 14 de agosto de 2015

Novela de amor





Con la caída del sol, el parque se convertía en el mejor refugio para la juventud del pueblo. Sus bancos eran testigos de numerosos besos. Algunos robados, otros buscados con insistencia. Los que sellaban el comienzo de una pareja y los que despedían otra de varias semanas. Los había lentos, fugaces, apasionados, románticos… pero todos vividos con la intensidad que otorgan los primeros acercamientos a ese sentimiento llamado amor.

            Almudena frecuentaba poco aquel lugar. Y no porque no tuviera amigas, sino debido a su delicada salud. Motivo por el que, mientras sus compañeras de clase coqueteaban con chicos, ella leía novelas románticas que soñaba protagonizar algún día.
  
            Con el paso de los años, Almudena vio como sus mejores amigas disfrutaban de unos noviazgos, que culminaban con preciosas bodas para orgullo de los felices padres. Eran tiempos en los que la mujer tenía como objetivo principal conseguir un buen marido si no quería pasar la vergüenza que suponía quedarse solterona o, como diría su abuela, para vestir santos. 

            A esas alturas, su madre había perdido la esperanza de que se casara, cosa que a ella, sin embargo, no la inquietaba en absoluto. Nunca se obsesionó con el tema y tampoco veía una desgracia el hecho de no tener novio a su edad. 

            Un día, el panadero pidió permiso a los padres de la joven para tener una cita con ella. Almudena aceptó a regañadientes. Después de aquel encuentro se sucedieron más, hasta que la pareja confirmó el noviazgo y anunció una inminente boda. La noticia llenó de alegría la casa, tanto, que Arturo, el padre, prometió invertir sus ahorros en que la pareja pudiera tener el viaje de novios más anhelado: conocer París, la ciudad del amor. 

            Fueron días de dicha, en los que Luis y Almudena consolidaban su relación pensando en un futuro juntos. A su regreso, se acostumbraron pronto a la rutina de la convivencia. Todo iba bien hasta que la inocente joven desveló a su esposo el secreto de su infertilidad, fruto de los problemas de salud de antaño. Fue ahí cuando todo se truncó y comprobó que las historias de amor no son cómo las pitan en las novela.

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